As alumnas e o alumno de Debuxo Artístico II recrearon as escenas máis relevantes dos mitos clásicos relacionados coa morte e o outro mundo.
venres, 4 de novembro de 2022
luns, 3 de outubro de 2022
Atalanta e Hipómenes.
O marabilloso cadro de Guido Reni acaba de ser restaurado. O instante, o movemento, a beleza, son encumbrados nesta obra.
O mito de Atalanta non é para menos: dona de si, corredora imbatible que unicamente cede ante o Amor. É este amor quen os convertirá en leóns, animais solemnes e valerosos, séquito da deusa Cibeles no seu carro.
xoves, 9 de xuño de 2022
Avances en medicina. Una visión personal. V
Vacuna COVID19 e Inteligencia Artificial (IA).
Al principio, vemos cómo aprende una red de neuronas a caminar y cómo hace música.
Habrás leído o escuchado estos días que varias personas
con las piernas paralizadas por paraplejias causadas por accidentes medulares, algo más liviano
que la tetraplejia, parálisis total,
que aquejó muchos años
a Ramón Sampedro, han vuelto a caminar con ayuda de estimulaciones eléctricas personalizadas en la zona medular por medio de electrodos
actuando sobre implantes. Los electrodos son lo que piensas, esas pestañas para la electrolisis que estudias
en química. Es una noticia de Nature Medicine, una de las revistas científicas más reputadas del mundo. La
forma de medir la relevancia de una publicación es su índice JCR (Journal
Citation Reports, el factor de impacto) que, para esta revista, el año pasado,
era de 53.44, muy alto en comparación con la media. Por
ejemplo, la revista Science tiene un JCR de 34, eso sí, de esta tengo noticias del año 2018. Quiere esto decir
que la investigación publicada en esta revista tiene un muy elevado nivel de citas en otros artículos de investigación. Quizá no tanta
repercusión, por lo menos, en España, tuvo, allá por 2005, la historia del
investigador español J. Millán, especialista en robótica e IA, quien diseñó una silla de ruedas que se desplazaba
guiada aplicando exclusivamente el pensamiento.
Avances en medicina. Una visión personal IV
Sistemas Expertos e Inteligencia Artificial
En las décadas
de los 80 y 90 del pasado
siglo surgió un enorme afán en el mundo informático/computacional y matemático por desarrollar sistemas
expertos (SE para acotar)
para automatizar, aprovechando las ingentes posibilidades de los sistemas
autónomos tanto en cuestiones de velocidad como de precisión, cualesquiera tareas que deseemos acometer
en una determinada especialidad. Considera,
por ejemplo, el control de una central nuclear. La idea subyacente, en principio, es muy
sencilla: consultar a un grupo de especialistas
en cuestiones de seguridad en centrales nucleares (ingenieros, mecánicos,
físicos, químicos, electricistas, electrónicos, informáticos,...) sobre el tema objeto de la implementación,
abordando todas las contingencias que se puedan dar.
Los ingenieros de software encargados del proyecto han de preparar muy
minuciosamente plantillas para cada uno de los especialistas que van a dar su asesoramiento, de forma que este indique todos y cada uno de los controles que él haría en todas y cada una de las circunstancias que se puedan
dar, desde las tareas rutinarias hasta las situaciones de crisis e imprevistos no catalogables.
En efecto,
tal como ves en lo antes
escrito, la palabra clave, todos conlleva e implica un carácter
exhaustivo. La información ha de ser clara, completa, cuanto más precisa,
mejor, no pueden quedar flecos o situaciones indeterminados o al albur, casos que no estén dentro
del rango de decisiones que el autómata
tendrá que tomar, a
fin de cuentas, no va a tener apoyo humano,
no va a estar bajo la supervisión de personas, tendrá
que decidir en cada situación
qué hacer. Esta parte de la información es la base de conocimiento,
un vademécum donde, ante cualquier evento posible ,inventariado o no, hay una regla de cómo actuar. Por ejemplo: Si la temperatura rebasa los 47.32◦ pero no
llega a 49.1◦ y
si el nivel del agua sobrepasa en 2 mm lo
estándar pero no llega a 2.25mm y si la presión está entre 10 y 10.3 atm y si
la radiación está entre 1.2 y 1.32 becquerel y si entonces, abre las espitas
2 y 7, cierra la puerta 5, baja la velocidad
del ventilador hasta 12 revoluciones/min.
martes, 31 de maio de 2022
Avances en medicina. Una visión personal. III
Voy a sanarte el corazón.
Antes de convertirme en un epicúreo
nihilista fui una persona con una clara pretensión de involucrarme
en los problemas de la Humanidad
y con muy buenas intenciones de cara a la erradicación de todos los males
que la afligen, que impiden un correcto desarrollo emocional, que someten a los
lenes cuerpos a esfuerzos y
humillaciones inimaginables, indignos de la privilegiada posición que Dios ha
otorgado a su Creación, afligida y
flagelada con supinos dolores y culpas y expiaciones y desdoros que, para ser
criaturas presuntamente gratificadas
con la gloria divina, no merecen semejante oprobio y desdoro. Lástima que esas ínfulas y vanidades de excarcelar nuestros
destinos de duelos y quebrantos1 y guiarlos hasta erigirlos como monumentos a la munificencia y la
promisión duraran hasta poco antes de cumplir 10 años.
En 1972 ya no pretendía salvar a la humanidad
de miserias y pesadumbres, solo soñaba con el próximo partido de fútbol y la
siguiente carrera de bicicletas. Pero en los años anteriores pasé por fases de
profunda religiosidad (rezaba todos los días por la conversión de los comunistas y para que los niños
de Guinea se bautizasen para ir al cielo
a jugar conmigo a las inmersiones en los ríos del paraíso y para que mi
vocación de monje cisterciense cuajase con mi ingreso
en un cenobio y poder así vivir
ascéticamente purificando mi alma y ganándome los galones para llegar, presta y alegremente y, como decían
en aquellos tiempos,
en olor de santidad, a la
presencia del Altísimo); intenté resolver los graves entresijos y serios
problemas de la filosofía (dónde estamos
antes de nacer, quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos, estamos solos
en la galaxia o acompañados,...); quise erradicar las enfermedades que son la plaga de nuestra existencia (los manicomios no
pueden ser el lugar donde abandonar y esconder de la vista de los cuerdos a los
que tienen delirios y visiones y
distorsiones mentales, hemos de convertirlos en hospitales donde, sin mancillar
su dignidad con electroshocks o baños de agua helada o camisas de fuerzas,
adquieran esa lucidez
que les permita ver meras personas donde ellos ven Napoleones; los
lazaretos han de tener equipos médicos que consigan medicar y recuperar a los leprosos, no solo impedir
que estos contagien a los sanos; algo hay que hacer con el garfio de Hook o la pata de palo de John Silver el Largo o el ojo tuerto del conde de Rochefort
para que no tengan que usar esas orfebrerías que solo sirven para simular
presencia pero que son inútiles
en esencia,...).
Una de esas cuestiones trascendentes
que me planteaba era cuál consideraba, tras un sesudo análisis, el motor del mundo. ¿Sería el conocimiento,
la cultura, la sabiduría, la ciencia, el arte? ¿Sería la religión, la mística,
el seguimiento y cumplimiento de los dogmas,
el rosario y la celda de expiaciones, el espíritu, el alma, el flagelo, la filacteria? ¿Sería el amor, la sensibilidad, la empatía, la bondad, la moral, la ética? ¿Sería
el dinero, lo crematístico, lo tangible y contingente, lo material?
Como
cabe esperar, no pude contestar
a esa abstrusa cuestión aunque sí identifiqué, gracias a la familia, y a muy corta edad, uno de esos leitmotiv. Mi abuelo materno,
el Patriarca, se llamaba José y todos
los 19 de marzo reunía a su prole (10 hijos, 12 nietos
y 3 bisnietos) en su casa, nos invitaba a una opípara comida que un par de
cocineras contratadas a tal efecto
comenzaban a preparar varios días antes, y, a los postres, en un silencio que
solo las llamas del llar se atrevían a quebrar, iba llamándonos uno a uno a los presentes y directamente vinculados
con él (sus yernos y nueras y nietos políticos no entraban en tal categoría) y, a cada hijo le regalaba 50000
pesetas, a cada nieto
5000 y a cada bisnieto 1000. El día anterior había acudido a Betanzos con el
taxista del pueblo, Luis, decapitado
años después en un terrible accidente automovilístico, a sacar del banco
Echeverría el dinero necesario para
tal menester. Y aquí llegó al meollo de mi observación: él no pedía pago o
agradecimiento alguno; quiero creer
que se congratulaba y reconfortaba compartiendo con sus descendientes su
trabajo y fortuna. Pero,
de alguna forma,
se cobraba tal derroche de capital no en efectivo
pero sí en tiempo. Era un nonagenario que no quería
abandonar su casa y sus costumbres, con una delicada salud dilapidada en su periplo de muchos años por el cono sur de
América, viudo, no quería (salvo para cocinar ese específico día) gente ajena a la familia en su casa y, de
esa forma, sin peticiones ni exigencias pero siendo inflexible en su circunstancia, imponía a sus 10 hijos a, cada uno durante un mes, el ir a cuidarle
a su casa (en verano toda la familia bullía por allí así que julio
y agosto no contaban). En esa época la inasistencia a clase durante ese corto período de tiempo no era punible de
forma que todos sus vastaguitos cumplían con la subliminal idea que él había plantado en sus mentes.
Con esto bien presente, el 1 de diciembre de 1970, a la una de la tarde, llegué a Puente Aranga con mi
madre para relevar a mi tío Pepe. Hacía mucho frío y yo iba muy arropado (soy
de la generación de niños cuyas
madres decían Qué frío tengo. José
Enrique (mi madre siempre me llamó José Enrique hasta el día en que decidió que había muerto y, a partir de ese momento,
me llamó Antolín, su hermano más querido),ponte el jersey.). El río, Mandeo, iba muy crecido (era muy pluviosa Galicia en
esa época), casi llegaba a las arcadas del puente, bordeaba
las dos ventanas de la escuela unitaria
donde algún rostro
cetrino se distraía mirando el rápido avance de las crispadas aguas, anegaba la huerta donde Pura de Pascua plantaba
tomates y lechugas
y judías y pimientos, impedía
el paso por el camino
ribereño que conducía
a mi casa y, en esas condiciones, tuvimos que usar la carretera
local para llegar a ella. De la chimenea principal
de casa Brañas salía un humo blanco, espeso, aromático
a manzano y melocotenero y pino: Hermitas ya está haciendo
la comida y tiene la casa bien caliente. Tengo ganas de un buen café.
¿Tú quieres un chocolate o quieres comer ya? Hablando así llegamos a la verja
de la entrada, cruzamos rápidamente el sendero del jardín que tenía charcas y humedades
de las hierbas verdes y frescas, saludamos
a mis tíos y a mis primos, Marisú
y Javier, y, mientras me preparaban algo para entrar en calor, subí a saludar
al Patriarca. Estaba en su despacho, caldeado con una estufa de carbón, embutido en
su bata de felpa, con su gorra cubriendo sus ralos cabellos canos, con un
libro gordo de tapas negras en las manos. Le di un beso en su hundida mejilla
(era extremadamente delgado)
y le pregunté qué leía.
1.1 Una vida
-La autobiografía de Christian Barnard, el médido sudafricano que realizó el primer trasplante de corazón hace un par de años. ¿Oíste algo de eso? La verdad, pensé, los últimos años habían quedado marcados por Armstrong y Collin y Aldrin y la Luna y Stanley Kubrik y Jesús Hermida y la televisión. Todos los niños soñábamos con ser astronautas, con diseñar cohetes, con poner nuestros pies en Júpiter o en Ceres, con volver renacidos en el Nuevo Hombre. -No. ¿Está bien? Y, en ese momento, me dio la primera gran alegría de mi tierna existencia: -Cuando lo termine, te lo regalo.
venres, 13 de maio de 2022
Avances en medicina. Una visión personal II
Miguel Servet. Heresiarca por cristiano.
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Quizá no sorprenda que un ingeniero, un físico, un economista sean denostados e incluso inculpados bien por sus investigaciones bien por sus actuaciones.
En 2008, los experimentos o, peor aún, las manipulaciones que los inversores y los corredores de bolsa de Wall Street, los famosos brokers,
llevaron a cabo (préstamos sin análisis de riesgos, hipotecas
de cuantías exorbitantes: te concedo 200000 € para comprar tu casa que cuesta 150000€ y
con lo que sobra amueblas
la vivienda, compras
un coche y te vas de vacaciones e invitas a tu pareja
a comer en DiverXo condujeron
a una crisis económica dramática cuyas repercusiones aún estamos viviendo
ahora, sobredimensionada por las cuestiones relativas al COVID-19
(recomiendo encarecidamente el libro La gran apuesta de Michael Lewis e, incluso, la película basada en él, The big short).
xoves, 12 de maio de 2022
Conferencia de Carlos García Gual: "La tragedia: mito y drama en la Atenas democrática"
O ilustre profesor Carlos García Gual nunha conferencia igualmente ilustre:
xoves, 5 de maio de 2022
Avances en medicina. Una visión personal.
Primeros contactos con la ciencia de la salud.
Omm Seti fue una famosa egiptóloga británica que vivió durante el siglo XX (murió en 1981) y que dedicó su vida al cuidado del templo de Seti I en Abydos. Fue algo más que una exitosa arqueóloga muy prominente en su campo. Sumamente respetada por sus sorprendentes logros y descubrimientos, vivió en una constante controversia por su providencial existencia: tras sufrir un severo percance, despertó afirmando que era la reencarnación de una sacerdotisa, Bentreshyt, amante de Seti, ambos viviendo en el Egipto ¡del siglo XIII a.C.! Y lo fue constatando con sus trabajos de campo, en los yacimientos en los que se dejaba la piel quizá pensando más en su pasado que la posteridad del éxito. Atribuía una gran cantidad de sus hallazgos al hecho de que ella estaba allí cuando fueron erigidos los monumentos funerarios, excavadas las fosas donde enterrar los tesoros, los amuletos, los exvotos a los dioses, etc. Claro que sabía que estaba ahí: yo mismo lo puse por órdenes del Sumo sacerdote de Ptah.
mércores, 6 de abril de 2022
O Mundo Clásico: imprescindible
O profesor Fernando Doménech fai unha defensa argumentada da importancia das Linguas Clásicas e da Cultura Clásica na formación dos alumnos.
luns, 4 de abril de 2022
mércores, 30 de marzo de 2022
xoves, 3 de marzo de 2022
luns, 31 de xaneiro de 2022
CANDO A ETIMOLOXÍA CANTA...
‘Tanxugueiras’, Palabra do Ano 2021
Vai rematando un ano máis marcado mundialmente pola pandemia, pero o 2021 tamén trouxo alegrías que moi ben soan. A palabra que simboliza unha delas, tanxugueiras, acaba de se converter na Palabra do Ano 2021, tras se facer coa maioría dos votos das persoas que participaron na elección popular promovida polo Portal das Palabras. A voz máis elixida entre as que chegaron á final do concurso promovido pola páxina web para a difusión do léxico da Real Academia Galega e a Fundación Barrié (tamén o fixeron coada, gromo, resiliencia e vacinódromo) gañou popularidade nos últimos meses da man da banda de Olaia Maneiro, Aida Tarrío e Sabela Maneiro, un referente dos novos camiños que está a abrir, con grande éxito, a música tradicional galega. E malia non estar no Dicionario, a palabra que escolleron para chamarse artisticamente ten as raíces ben chantadas no idioma de Galicia: Tanxugueiras é en realidade o plural dun microtopónimo, que elevado á Palabra do Ano se converte tamén nunha icona da gran riqueza da lingua galega como produtora de nomes de lugar que conforman un patrimonio inmaterial único no mundo.
O topónimo Tanxugueira popularizado pola banda musical designa unhas terras da parroquia de Fumaces, no concello de Riós (Ourense), situadas nun alto e abeiradas. No territorio galego hai outro lugares co mesmo nome nos concellos de Catoira (Pontevedra), Dodro (A Coruña) e, de volta na provincia de Ourense, en Viana do Bolo, como se pode comprobar na aplicación Galicia Nomeada, a plataforma para a recolleita colaborativa da microtoponimia creada pola Real Academia Galega e a Xunta de Galicia.
O vocábulo é unha alteración da forma etimolóxica Teixugueira, un zootopónimo común no país que sinala os sitios onde hai presenza ou abundancia de teixugos ou porcos teixos, un tipo de mamífero de vida nocturna que se alimenta de bichocas, landras e plantas coma a do millo, polo que nalgúns lugares de Galicia se tocaba o corno polas noites para espantalo. Esta voz popular remite probablemente ao latín taxo, taxonis, o nome latino que recibía o 'teixugo', aínda que podería vir tamén dunha suposta forma xermánica *thahsus ou do gótico *thahsuks.
A pegada da pandemia, do segundo ao cuarto posto
Malia non poder coa ilusión contaxiosa da música, a covid-19 si que deixa pegada no segundo, no terceiro e no cuarto posto da votación, que son para resiliencia, vacinódromo e gromo. Aínda que resiliencia, na acepción da capacidade dos seres humanos para se adaptaren positivamente ás situacións adversas, é unha virtude útil en calquera momento, non hai dúbida de que o impacto na vida cotiá da pandemia fixo que se escoitase máis ca nunca nos últimos tempos este cultismo que bebe do latín resiliens, forma que remite ao verbo resilire ‘saltar cara a atrás’.
A loita contra o coronavirus non só elevou ás primeiras planas palabras xa coñecidas que non adoitaban ser noticia, tamén promoveu a creación de novas voces coma vacinódromo, sen dúbida un dos neoloxismos do ano. Este vocábulo de xeración popular dá nome ao lugar ao que acudimos en peregrinación a nos vacinar contra a covid-19, e fórmase a partir do substantivo vacina e do sufixo -dromo. Este último, nun primeiro momento indicaba o sitio onde se desenvolvía unha carreira, aínda que na actualidade fai referencia a un lugar amplo destinado a unha actividade concreta, como pode ser un aeródromo. Por iso non sorprende que a fala xerase a voz vacinódromo para referirse ao lugar onde se efectúa a vacinación masiva da poboación.
E que hai do substantivo que toma como base? A palabra que nomea a grande esperanza para saírmos da pandemia procede do latín científico variola vaccina, que significa ‘varíola das vacas’. O termo xurdiu a finais do século XVIII para designar o remedio que permitiu acabar coa enfermidade contaxiosa tamén coñecida como boas. Este logro débese a Edward Jenner, o científico británico que, ao observar que as leiteiras eran inmunes á varíola humana, deduciu que se debían de inmunizar cando muxían as vacas polo contacto coas bochas de pus que os animais tiñan nos ubres por mor dunha doenza similar, a varíola bovina, pero menos virulenta. Daquela probou a inocular unha pequena cantidade do virus das vacas a un cativo e comprobou que tiña unhas pequenas molestias, pero que logo non se contaxiaba da enfermidade humana mortal.
Os votos dos usuarios e usuarias do Portal das Palabras deixaron en cuarto lugar a palabra gromo, que coa pandemia de coronavirus incorporou na súa entrada no Dicionario da Real Academia Galega o significado de “aparición súbita dunha enfermidade epidémica entre a poboación dun determinado lugar, así como o de primeira manifestación ou aparición de algo”. En canto a coada, na acepción referida ao manto de lava en estado líquido emitida por un volcán durante as súas erupcións, quedou en quinto e último lugar despois de moito repetirse nos medios de comunicación e na rúa debido á actividade volcánica que abriu tantos telexornais dende o mes de setembro.
Un espazo lúdico de divulgación da lingua
A Real Academia Galega e a Fundación Barrié promoven dende 2014 a elección da Palabra do Ano a través do Portal das Palabras, o proxecto que comparten para a modernización do traballo lexicográfico e a divulgación da lingua galega. Cada semana ofrece xogos, vídeos nos que os membros da Academia resolven dúbidas frecuentes e outros contidos divulgativos que conectan o léxico galego coa realidade cotiá e a actualidade dun xeito ameno. A palabra do día é outra das seccións deste espazo aberto ao diálogo coas persoas usuarias.
Nas edicións anteriores foron elixidas Palabra do Ano nós (2020), sentidiño (2019) deseucaliptización (2018), afouteza (2017), irmandade (2016) —coincidindo co centenario das Irmandades da Fala—, refuxiado, -a (2015) e corrupción (2014).
Real Academia Galega